La Hora, 19 de septiembre de 2017
La pobreza, el deterioro del medio ambiente, las migraciones… ponen en riesgo a estos eventos.
Las ceremonias a los santos y vírgenes católicas que se celebran prácticamente todo el año, de acuerdo con calendario gregoriano, son una de las principales características de la identidad cultural afroecuatoriana.
El libro ‘El santoral católico afroecuatoriano’, una investigación de John Antón Sánchez, Juan García Salazar (fallecido), Miguel Rivera Fellnher y Darwin Valencia, reúne más de 50 crónicas que relatan cómo los fiesteros, los priostes o los devotos realizan sus conmemoraciones ancestrales, en las que mezclan la imaginería occidental católica con la memoria africana.
Estas festividades, que son reconocidas como Patrimonio Inmaterial Cultural Afrodescendiente, persisten en los territorios conocidos como ancestrales, donde están los asentamientos afroecuatorianos tradicionales al norte de Esmeraldas y el Valle del Chota.
El antropólogo, investigador y profesor del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), John Antón Sánchez, dialogó con La Hora sobre la necesidad de trabajar para que estas costumbres no se pierdan a pesar de las amenazas a consecuencia de la modernidad. (CM)
¿Por qué es importante la religiosidad en el pueblo afro?
Durante los 300-350 años de la esclavitud se desarrolló una cosmovisión muy especial de religiosidad popular hacia los santos y las vírgenes.
Es una de las características fundamentales de la identidad cultural afrodescendiente.
Detrás de todo esto hay un acervo de conocimientos tradicionales muy fuertes que alimentan tanto la vida espiritual de las comunidades como el control de los recursos naturales, el manejo del medioambiente, las estructuras sociales y parentales de la comunidad y las condiciones sociopolíticas.
La religiosidad popular afrocatólica tiene un entronque muy marcado con la estructura social afroamericana en Esmeraldas.
¿Por qué se presentan estas manifestaciones solo en la zona norte de Esmeraldas y el Valle del Chota?
Porque Río Verde, Eloy Alfaro y San Lorenzo (Esmeraldas) y La Concepción y Salinas (valle del Chota) son territorios ancestrales, son una especie de ambientes donde, desde la esclavitud, la cultura negra se ha recreado y por lo tanto las condiciones de desarrollo cultural han sido más positivas que en otras condiciones urbanas.
Pero la mayor población afroecuatoriana, según el censo de 2010, está asentada en los territorios urbanos. Guayaquil tiene el 25% de todos los afrodescendientes del país producto de las migraciones que se dieron desde el boom cacaotero hasta el boom petrolero y la urbanización de los 80’.
¿Quiénes no han dejado la religiosidad y toda la creencia?
Toda la comunidad. Pero fundamentalmente son los sabios tradicionales, los rezanderos, los fiesteros, los curadores o loa sabios tradicionales, los ombligadotes, las parteras… Son una especie de guardianes de la memoria. La tradición y ellos son los que tienen el conocimiento.
La participación de los jóvenes en estas expresiones religiosas son fuertes y arraigadas. Hay quienes tienen una inclinación a ser iniciados como rezanderos, fiesteros y a otros han sido los padres, desde pequeños, quienes los han encomendado a los santos o a las vírgenes. Hay una especie de entrenamiento para que estos chicos sean los guardianes de la tradición
¿Se mantienen los cantos, la música…?
En estas fiestas están presentes los arrullos, que son cantos religiosos afrocatólicos que se interpretan toda una noche en honor al santo que lo mantienen en un altar.
La música sale solo de los tambores y de los cantadores, lo que hace mucho más africanizada las ceremonias afrocatólicas. En estas conmemoraciones no se toca la marimba y eso es lo que se está investigando.
También se reza, muy poco, porque no son rituales católicos como tal, sino que son rituales afrocatólicos, por lo tanto todavía de conservan las décimas, los salves, los alabaos, los arrullos, entre otros.
El fiestero brinda alimento y bebida a los invitados.
¿Estas tradiciones tienen alguna amenaza?
Fundamentalmente la pobreza y el deterioro del medio ambiente.
La pobreza porque estas festividades son costosas e implica tener un pequeño patrimonio y las comunidades del norte de Esmeraldas son pobres. Los fiesteros son campesinos, los sabios tradicionales, los rezanderos son mineros, agricultores que viven del “pan coger”.
Pero también está el deterioro de los recursos naturales. Los monocultivos de la palma, las camaroneras y la minería les está dejando sin recursos naturales para poder cultivar la tierra y al no hacer esto no hay ingresos, se vuelven pobres, lo cual impide que se desarrollen estas prácticas comunitarias.
Ante este panorama, ¿qué se debe hacer?
Creo que no vasta con investigaciones. Se necesita de una política pública consistente para preservar la memoria cultural ecuatoriana y para resguardar el patrimonio inmaterial cultural nacional.
Proponemos superar la pobreza de las personas que tienen este patrimonio, mantener y preservar el medio ambiente, evitar la deforestación, la contaminación de los ríos, la pérdida de la soberanía alimentaria.
Pero también pedimos que el Gobierno extienda un bono económico a los poseedores de los conocimientos ancestrales, a los sabios de las comunidades. Además deseamos que se haga una inversión fuerte para crear un fondo de financiamiento para sostener estas fiestas.
Interpretación de los santos
“La relación entre los santos y las personas es muy especial. Para los afroesmeraldeños, los santos están vivos. Aunque son seres divinos, hacen tratos con los humanos. Por eso cualquier promesa (manda) a petición de un favor (milagro) tiene que cumplirse, pues “los santos son muy celosos”, cuenta John Antón.
FRASE
“Yo creo que es necesario que el Estado aplique una política muy seria para salvaguardar el patrimonio inmaterial nacional”.