VOLCANES, TORTUGAS, GEOGRAFOS Y POLITICOS

Con una mesa redonda titulada “La conservación de la naturaleza en Ecuador: demandas e interrogantes hacia la actividad académica” se presentó el libro de Teodoro Bustamante publicado por FLACSO-ABYA-YALA. En la mesa participó el autor junto a  Sara Latorre, Nicolás Cuvi  y Yolanda Kakabadse y Felipe Burbano. Los panelistas destacaron los aportes del libro de Bustamante a la historia ambiental del Ecuador. 

Nadesha Montalvo R.

Editorial FLACSO Ecuador

Un desafío capital en torno a las áreas protegidas, propone Bustamante, es profundizar la mirada hacia lo social y asimilar de modo más equilibrado su complejidad, para comprender cabalmente el entorno natural.

En la era de Google Earth, cuando decidimos cómo llegar a casa de la abuela usando información satelital, Teodoro Bustamante –profesor investigador de FLACSO Ecuador– demuestra que desde la Colonia hasta nuestros días, la mirada científica sobre el espacio natural americano se ha ido configurando por factores políticos, culturales, económicos.

En su amplio estudio Historia de la conservación ambiental en Ecuador, traza un mapa exhaustivo de cómo surge y evoluciona la conservación, qué intereses se juegan en este devenir y cómo la diversidad de actores se involucra. En su análisis, Bustamante desbarata las simplificaciones al estilo ‘indios buenos, petróleo malo’ y propone integrar a la reflexión factores más sutiles, pero no menos importantes, como el proceso de legitimación del discurso conservacionista en las esferas nacional e internacional.

El libro está organizado en cuatro partes. En la primera y segunda, el espacio y la ciencia en el periodo colonial, y en los inicios de la República, respectivamente, el autor ofrece un novedoso repaso histórico cuya singularidad está en su particular enfoque. Una de las reflexiones a propósito del descubrimiento de América, por ejemplo, es su enorme incidencia en el desarrollo de la ciencia de la época, en Europa.

El autor despliega en la tercera parte, Áreas protegidas, una argumentación especializada que se nutre de su propia experiencia, a fines de los 90, como director de la ONG ambientalista ecuatoriana Fundación Natura. Así profundiza en temas como las motivaciones para crear cada área protegida, la propiedad de la tierra, las finanzas de la conservación o las situaciones particulares de determinadas áreas (la implantación del pastoreo en Chimborazo, por ejemplo). No obstante, no se desapega de los postulados teóricos centrales: la compleja configuración del discurso sobre ambiente. Bustamante discute sistemáticamente la interacción entre la producción de conocimiento y las estrategias de conservación. Su examen del enfoque ambientalista ecorregional muestra la amplitud de su perspectiva.

En la cuarta parte del libro, las relaciones entre el Norte y el Sur, lo político y lo cultural son aspectos especialmente relevantes. El autor reflexiona cómo modulan las intervenciones de la conservación al establecer los temas prioritarios, o generar un desbalance entre la atención que reciben los pueblos indígenas y el escaso énfasis en el rol de los colonos. Bustamante recupera otros factores del tablero político mundial, como las tendencias de contraglobalización.

El estudio concluye con una hipótesis: para avanzar en la conservación es preciso entender –y luego desgarrar– los velos entretejidos con intereses políticos de diversa índole que, desde la Colonia han conformado nuestra manera de mirar la naturaleza. Una obra que apela a especialistas de la historia, de la política, de la conservación, de la geografía y a todas las personas interesadas en la difícil relación entre el ser humano y su entorno natural.

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