En la conmemoración de los 50 años de Abya-Yala, Raquel Antún, poeta shuar, compartió con el auditorio su sentir por la editorial y regaló un canto shuar, un anent, como agradecimiento al trabajo y una metáfora de un árbol grande que cobija a los pueblos. Compartimos sus palabras en este espacio.
Queridos amigos y amigas,
Es para mí un honor y una alegría profunda estar hoy aquí celebrando la vida de Editorial Abya-Yala.
Como mujer shuar, como escritora, poetisa y defensora de la Madre Tierra Nunkui he recibido esta invitación con gratitud porque esta casa editorial ha sido parte de mi propio camino y del despertar de nuestras voces amazónicas.
Abya-Yala, “tierra en plena madurez”, nació con una visión admirable: abrir espacio a las culturas, a las lenguas y a las epistemologías de los pueblos originarios. En sus inicios publicó la serie Mundo Shuar, un gesto que dio visibilidad a nuestras historias, a nuestros procesos educativos y a nuestra manera de comprender el mundo desde la selva.
Esa apertura permitió que los saberes amazónicos dialogaran con otros mundos de pensamiento, sin perder su raíz. La epistemología de los pueblos amazónicos nos enseña que conocer no es dominar, sino relacionarse. Que aprender a escuchar el río, el canto del ave, el consejo de los mayores y el lenguaje de los sueños.
Cuando era muy joven, tuve el privilegio de que Abya-Yala publicara el libro Tsentsak, la experiencia shamánica en el pueblo shuar, del cual soy coautora. Ese libro no fue solo una investigación, sino una semilla: la prueba de que la palabra shuar podía entrar en los espacios del libro sin perder su espíritu. Por eso, hoy mi agradecimiento es también personal.
Abya-Yala ha sido un puente entre la selva y el mundo, entre la oralidad y la palabra escrita, entre la memoria y el futuro.
Que este aniversario celebre no solo su historia editorial, sino la vida misma de los pueblos que le dieron sentido,
¡Felicidades, Abya-Yala!
Y que la palabra siga viva, volando libre como el canto de los pueblos que guardan la memoria de nuestros abuelos y abuelas.
Y a nombre de todos los pueblos amazónicos quiero dedicarles un anent en honor a Abya-Yala,
Yuminsajrume
Kapiruna
Kapiruna nuachitjai
Kapiruna nuachitjai
Tuna chamchis persachmin
yakikintiu weakunau
Nasesejai weakuna
Nasesejai weakuna
Sususu umpumtinia
Kashishinki sasmajai
Wawa apawatau
Wawa apawata
Surim, surim jatipiu
Tikich shuartirmesha
Tuwa tuwa kajtirpa
Nuka winia shuaraja
Tikich shuartirmesha
Tikich shuartirmesha
Pachia pachia kajtirpa
Tukumantu kantiarjai
Nakunuma kenkiarja
Wawa apawata
Ya winia aujmatranka
Winia aujmatranka
Wantsanmanke ekenkiajai
Nakinmanke ekenkiaja
Wawa apawata
